El trabajo, realizado por un equipo internacional liderado por especialistas del CONICET, aporta nuevos datos para entender la evolución de este mamífero.
Revelan que la caza habría afectado la diversidad genética de los guanacos en el noroeste de la Patagonia durante los últimos dos mil años
Un reciente estudio, realizado por especialistas del CONICET y la Universidad del Norte de Texas (Estados Unidos), reveló cómo la presión ejercida por los grupos humanos, a través de la caza, habría afectado la diversidad genética de las poblaciones de guanacos en el noroeste de la Patagonia durante el Holoceno Tardío (hace aproximadamente dos mil años).
Mediante estudios de ADN realizados a restos óseos extraídos de sitios arqueológicos e históricos, el equipo científico logró demostrar que se produjeron cambios genéticos importantes en estos animales debido a la disminución significativa de sus poblaciones y a la consecuente fragmentación de los grupos que antes estaban conectados y que, debido a la presión de los cazadores, fueron quedando aislados unos de otros. “El impacto ocurre porque al estar las poblaciones separadas, se reduce el intercambio genético entre los individuos, lo que disminuye la variabilidad genética. Con menos diversidad genética, las poblaciones se vuelven más vulnerables a factores como enfermedades o cambios ambientales, lo que afecta su capacidad de adaptarse y sobrevivir”, explica Cinthia Abbona, investigadora del CONICET en el Instituto de Evolución, Ecología Histórica y Ambiente (IDEVEA, CONICET-UTN), y una de las responsables del estudio.
El equipo científico comparó muestras de ADN de veintitrés restos de guanacos que habitaron en la región Altoandino-Patagonia y el Monte durante los últimos dos mil años (las muestras más modernas son de doscientos años atrás), y descubrieron la existencia de siete “haplotipos”.
“Un haplotipo representa una combinación específica de variantes genéticas en una región del ADN, que se transmite de generación en generación sin recombinarse. En nuestro estudio, utilizamos haplotipos del ADN mitocondrial, que se hereda exclusivamente por vía materna. Este tipo de ADN nos permite rastrear linajes maternos y reconstruir relaciones evolutivas entre individuos y poblaciones. Al comparar los haplotipos entre diferentes muestras, podemos estimar la diversidad genética dentro de una población, y entre poblaciones. Además, nos ayuda a inferir la historia demográfica de la población, como la persistencia de ciertos linajes, la desaparición de otros, y la posible ocurrencia de eventos de migración o aislamiento”, explica la científica.
Durante su análisis, el equipo de especialistas observó “haplotipos compartidos”, lo que indica continuidad genética, y “haplotipos únicos”, lo que sugiere eventos de diferenciación, aislamiento y/o extinción de ciertos linajes maternos.
En el estudio se identificaron haplotipos en muestras de más de mil años y en otras más recientes, de menos de mil años. De los haplotipos detectados, tres estaban presentes en ambas regiones estudiadas, Altoandino-Patagonia y Monte, lo que sugiere que, en el pasado, estas poblaciones estaban conectadas. Sin embargo, en los últimos mil años, se identificaron otros tres haplotipos exclusivos de la región Altoandino-Patagonia. Estos haplotipos, que no aparecen en las muestras anteriores, podrían ser el resultado de mutaciones genéticas que surgieron debido a la fragmentación de la población. “En las muestras correspondientes al segundo periodo de comparación (guanacos de menos de mil años), estos haplotipos únicos podrían estar reflejando la fragmentación de las poblaciones y la pérdida de flujo genético o conectividad entre los grupos”, explica la científica.
La investigación es crucial para entender cómo las actividades humanas han influido en la biodiversidad de las diferentes especies a lo largo de la historia, en este caso el guanaco, y brinda información que puede resultar útil para elaborar estrategias de conservación en la actualidad. “Actualmente, estamos desarrollando un proyecto con el objetivo de incorporar muestras modernas de guanacos provenientes de las regiones de Cuyo y del norte de la Patagonia para entender eventos más recientes en su población. Buscamos ampliar nuestro entendimiento sobre los eventos recientes que las han afectado. La adición de estas muestras nos permitirá evaluar la diversidad genética actual y compararla con los patrones observados en las muestras antiguas, que ya hemos analizado. Al integrar estos datos, podremos detectar posibles cambios evolutivos o demográficos, tales como alteraciones en la frecuencia de ciertos haplotipos o la aparición de nuevos linajes. Esto nos ayudará a investigar si factores como migraciones, cambios ambientales, presión por caza, o incluso manejo por parte de grupos humanos, han influido en la estructura genética de las poblaciones en tiempos recientes. El análisis de estos datos permitirá no solo evaluar la continuidad genética, sino también detectar procesos adaptativos o de fragmentación poblacional que pudieran estar en curso, proporcionando una imagen más completa de la evolución reciente de los guanacos en estas regiones”, concluye la investigadora.
Referencia bibliográfica:
Abbona, Cinthia Carolina ; Neme, Gustavo; Puig, Silvia , Videla, Fernando; Gil, Adolfo; |